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LOS MONSTRUOS QUE ATACAN TU APRENDIZAJE

Había una vez una gran universidad en la que estudiaban aquellos que se convertían luego en los mejores profesionales. Y aunque en las aulas todo era conocimiento e inspiración, fuera de ellas se escondían tres monstruos traviesos a los que les divertía sabotear a los alumnos.

A estas pequeñas criaturas poco les interesaba el resultado de sus travesuras, solo querían divertirse, sin importar que lo que hicieran hoy pudiera afectar el futuro profesional de los aún estudiantes. 

Para los alumnos, estos seres se veían tan inofensivos, graciosos y hasta  dulces, que algunas veces caían en sus trampas y solo se dejaban llevar. 

Estos son los monstruos que atacan el aprendizaje: el plagio, la copia y la suplantación. Hay que combatirlos y no dejar que ellos jueguen con tu futuro. 

“No te comas las comillas”

El monstruo del Plagio tiene el poder de hacer que los alumnos piensen que es mucho más fácil utilizar textos de otras personas sin decir quién las hizo. Tiene hambre todo el tiempo y lo usa de pretexto para comerse las comillas de los trabajos académicos. Este monstruo siempre es descubierto. 

“No te hagas dueño de lo ajeno”

Este monstruo se aprovecha de quienes quieren el camino fácil y les roba ideas a otros estudiantes durante sus exámenes o en algunos trabajos. A veces se roba parte de las respuestas pero en otras se roba la respuesta o el trabajo entero. Este monstruo roba, y además de las ideas, la posibilidad de aprender a los estudiantes. 

“No vale aprobar si te van a suplantar”

Tiene la habilidad de convencer a los estudiantes a buscar a otras personas para cambiar de identidad y que hagan por ellos sus trabajos o sus exámenes.  Este monstruo anda todo el tiempo jugando a ser otros, usa tantas identidades falsas que debilita la identidad y fuerza de los estudiantes, limitando su aprendizaje y formación. 

“Y aunque los monstruos parecieran ser invencibles y difíciles de alejar, los estudiantes empezaron a darse cuenta de que los monstruos no los llevaban a buen puerto, y que la mejor forma de alejarlos y debilitarlos era actuando íntegramente (con honestidad y responsabilidad): estudiando,  esforzándose, usando recursos disponibles y pensando siempre que con su futuro nadie juega”